AYACUCHO
Prólogo
Fue el último gran enfrentamiento de las Guerras de la Independencia Hispano Americana (1809 a 1826) y significó el final definitivo del dominio colonial español en América del Sur. Ocurrió en la Pampa o meseta de Quinua o Ayacucho, el 9 diciembre 1824.
La victoria significó la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie, sellando la independencia del Perú con una capitulación que puso fin al virreinato del mismo nombre.
España recién reconoció formalmente la soberanía de las naciones que le habían pertenecido en 1836.
Campaña de San Martín
La expedición libertadora argentino-chilena dirigida por San Martín desembarca en Perú en 1820. Al año siguiente San Martín entra en Lima y proclama la Independencia de la República del Perú.
Luego de la entrevista de Guayaquil con Bolívar, San Martín renuncia ante el Congreso peruano y parte al exilio en 1822.
Graves desórdenes internos siguieron a este hecho, lo que demostraba la necesidad para Perú de contar con un verdadero conductor que llenara el vacío dejado por el libertador argentino.
Un año después de la renuncia de San Martín, Bolívar entra en Perú con su ejército, previa aceptación de su exigencia de que el Congreso le otorgara poderes extraordinarios y el mando supremo militar (1823).
Enfrentamientos entre españoles
En 1820 el rey absolutista de España, Fernando VII, es obligado a aceptar la constitución liberal sancionada diez años antes, forzado por la sublevación encabezada por el general Rafael de Riego, al mando de 20.000 soldados destinados a embarcarse hacia América. Así terminaron para siempre las expediciones de refuerzo para recuperar las antiguas colonias.
En Perú, el virrey Pezuela, partidario del absolutismo, fue derrocado por el general José De la Serna en 1821, quien se adhirió a la constitución liberal. El nuevo virrey, al frente del “Ejército real del Perú”, derrotó en sucesivas batallas a los ejércitos patriotas, tanto en Perú como en Alto Perú.
Sin embargo, a fines de 1823, la situación de los realistas empezó a tornarse crítica con la llegada de Bolívar procedente del norte.
Sublevación de El Callao
En febrero 1824 se produce la sublevación o amotinamiento de la guarnición de la fortaleza de El Callao, uno de los puertos más importantes del océano Pacífico, ubicada cerca de Lima.
Los soldados sublevados eran peruanos, argentinos, colombianos y chilenos. El episodio derivó en la entrega de la fortaleza a los realistas y la posterior ocupación de Lima por los españoles.
Este episodio produjo la casi total desaparición de las fuerzas llevadas por San Martín a Perú.
Al respecto, opina el historiador Bartolomé Mitre: “quedando así disuelto por el motín y la traición el memorable ejército de los Andes”.
Este episodio constituyó un grave inconveniente para Bolívar, a dos meses de haber ingresado con sus tropas a Perú. El representante de Colombia, Joaquín Mosquera,
“temiendo la ruina de nuestro ejército”, pregunta en una carta al libertador venezolano: “¿Qué piensa hacer ahora?”
A lo que Bolívar responde: “¡Triunfar!”
El Callao recién habrá de rendirse a las armas patriotas en el año 1826, o sea que prolongó la guerra casi dos años.
Rebelión de Olañeta
Pero así como Bolívar encontraba imprevistos obstáculos, tampoco La Serna tenía todas consigo. En efecto, al comenzar 1824, todo el ejército realista del Alto Perú se sublevó junto al caudillo absolutista Pedro Olañeta contra el virrey, al saberse que en España había caído el gobierno constitucionalista y sus jefes ejecutados. El rey Fernando VII anunció la anulación de todo lo aprobado durante los tres años anteriores, y por lo tanto la nulidad del nombramiento de La Serna como virrey del Perú.
Olañeta ordena el ataque de los realistas altoperuanos contra los constitucionales peruanos. La Serna, trastornados sus planes militares, debe desistir de atacar a Bolívar en la zona costera para enviar sus mejores tropas contra los altoperuanos.
En la campaña subsiguiente desarrollada en la actual Bolivia, ambas fuerzas realistas se diezmaron mutuamente.
Batalla de Junín. Agosto 1824
Bolívar aprovechó la oportunidad que se le presentaba, y en junio 1824 enfiló su ejército (colombianos, peruanos y argentinos) hacia la sierra central de Perú, donde se encontraban casi aisladas las fuerzas realistas al mando del general Canterac, a 4.000 metros.
La batalla se produjo en la pampa o meseta de Junín, situada en el centro de Perú, con sables y lanzas, pues no se utilizaron cañones ni fusiles. El triunfo patriota fue completo, se estima que los realistas perdieron un tercio de sus efectivos.
En el informe oficial de la batalla se elogia el desempeño de oficiales argentinos como el general Necochea, el capitán Pringles y el mayor Olavarría.
Campaña previa a la batalla
Tanto el Ejército Real del Perú como el Ejército Unido Libertador se empeñaron en una guerra de movimientos a lo largo de la cordillera, sin llegar a un enfrentamiento decisivo.
Los realistas debieron apresurar una batalla debido al agotamiento de sus recursos y a la próxima llegada de refuerzos que Bolívar había pedido a Colombia.
Orden de batalla
Ejército libertador:
Comandante general Antonio José de Sucre.
Mayoría de colombianos y venezolanos, además peruanos y argentinos.
5.700 soldados.
Ejército realista:
Comandante general José de la Serna.
6.900 soldados.
Soldados peninsulares: de 500 a 900 hombres.
Era la primera vez que un virrey se ponía al frente de tropas combatientes. La Serna estaba seguro de la victoria, pues había acorralado a Sucre en una hondonada, mientras que él se encontraba en las alturas y laderas de un cerro que domina la posición.
Por esa razón había distribuido en la víspera armas a los indios para que no dejasen escapar fugitivos.
Desarrollo de la batalla
La batalla comenzó al amanecer y duró tres horas.
El ataque fue concebido por La Serna, pero se realizó de manera defectuosa y desorganizada; gran parte de los soldados realistas eran reclutas, no voluntarios.
Antes del mediodía, el virrey había sido herido y estaba prisionero.
Según Sucre, las bajas patriotas fueron 300 muertos y 600 heridos, mientras que las bajas realistas fueron 1.800 muertos y 700 heridos.
Con el grueso del Ejército Real destruido, el virrey prisionero y Olañeta ocupando la retaguardia, los jefes españoles optaron por la capitulación tras el combate.
Capitulación
El tratado se firmó por el jefe de estado mayor José Canterac y el general Sucre, el mismo día 9 de diciembre.
Sus consecuencias principales fueron:
- El ejército realista renuncia a continuar la guerra.
- Los últimos soldados realistas permanecen en El Callao.
- Perú saldará la deuda económica con los países que contribuyeron militarmente a su independencia.
- Se especificó que todos los españoles que formaban parte del ejército podían regresar a su patria.
- Sucre fue nombrado “Gran Mariscal de Ayacucho” por el Congreso nacional de la República del Perú.
Alto Perú después de Ayacucho
Enviado por Bolívar, Sucre invadió Alto Perú en febrero 1825. Olañeta decidió continuar la resistencia en nombre de Fernando VII, pero la mayoría de las tropas se sublevaron.
En abril, Olañeta fue derrotado y muerto en un combate contra jefes rebeldes.
El Congreso soberano del Alto Perú declaró la Independencia con el nombre de República de Bolívar en mayo 1825, ratificado posteriormente por una Asamblea convocada por el mariscal Sucre.
Por Gerardo Celemín