PEDRO LURO
en Mar del Plata. 1877 - 1886
Antecedentes de Pedro Luro
Nació en Gamharte, Bajos Pirineos, País Vasco francés, en 1820. A los 17 años, emigró a Argentina. En Dolores se dedicó a la plantación de árboles por cuenta de los propietarios de estancias. Aceptó en pago una legua de campo, lo que fue el origen de la estancia “Los dos talas”, dedicada a la cría de vacunos. Es así como se había convertido en terrateniente a los 32 años, en 1852.
Con los ahorros reunidos, regresó a Gamharte, donde adquirió en propiedad la casa que arrendaban sus ancianos padres, dejándolos en situación holgada.
De regreso a Argentina, conoció a Juana Pradere, también oriunda de Bajos Pirineos, con quien contrajo matrimonio en Buenos Aires, el 5 diciembre 1853.
Instalando su hogar en “Los dos talas”, pensó dedicar sus actividades a empresas de alto vuelo, abarcando vastos horizontes.
Intuye los grandes negocios que pueden hacerse trayendo de las regiones del sur bonaerense cueros y hacienda, para lo cual contrata carros y peones para realizar esta tarea.
A la vuelta de estas expediciones, algunas de las cuales llegaban a las márgenes del río Negro, las carretas venían cargadas de corambres, las peonadas arreaban hacienda vacuna y yeguariza, tropas que poco a poco se iban engrosando durante el viaje, llegando a las cercanías de Buenos Aires con grandes cantidades de ganado, producto de las transacciones muy ventajosas que Luro hacía con los pobladores de las lejanas regiones del sur provincial.
En este tipo de comercio, Luro ganó mucho dinero, y su nombre empezó a difundirse por todo el país.
En 1858 compra estancia y hacienda en la zona del arroyo Nutria Mansa, camino a Necochea.
En 1862 había poblado las orillas del río Colorado. Así continuó esta vida azarosa pero muy fructífera, hasta que años malos y lluviosos produjeron grandes inundaciones en la cuenca del río Salado, haciendo intransitable la región que hoy ocupan los partidos de General Guido, Maipú, Ayacucho, Rauch, Tordillo, Las Flores, Pila, Castelli y Dolores hecho que opuso una barrera infranqueable a las caravanas de hacienda que se dirigían a Buenos Aires.
En 1868 adquiere grandes extensiones de campo (75.000 hectáreas) en los actuales partidos de Gral. Alvarado, Lobería y Gral. Pueyrredón. En 1870 instaló embarcaderos de mampostería en el río Quequén para su casa de negocios “Las Toscas”, que se ocupaba de la exportación de lanas y cueros de sus establecimientos rurales.
Cuando el gobierno nacional suspendió en 1871 el funcionamiento de los saladeros de Barracas a causa de la epidemia de fiebre amarilla, se puso en campaña para establecer por su cuenta un saladero en el partido del Tuyú, hoy General Lavalle, sobre la ribera del riacho de Ajó, pues su profundidad permitía la navegación de las lanchas de cabotaje hasta la costa del Atlántico.
Proyectos respecto a Mar del Plata
Mar del Plata era imaginada por Luro como una amplia salida para cueros, carnes, lanas y cereales, salida marítima que evitase pasar por la zona anegadiza del río Salado si se trasportaban los productos a Buenos Aires por vía terrestre.
Por esta razón, poseía una línea de cabotaje, con la que hacía circular sus productos por vía marítima entre Buenos Aires, General Lavalle, Quequén, Bahía Blanca y Patagones.
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En 1876, el puerto de la Laguna de Los Padres o Puerto Balcarce, estaba amenazado por el éxodo, debido a que en ese año había arribado el buque Le Frigorifique al puerto de Buenos Aires.
Adquisición del saladero y compra del 50% del ejido
Conocedor del Puerto Laguna de los Padres, y al tanto de la evolución del pueblo fundado por Peralta Ramos, aceptó el ofrecimiento que le hicieron Jacinto Peralta Ramos y Juan Barreiro para radicarse aquí, utilizando las instalaciones del antiguo saladero.
Por eso apuntaba el poeta Rosendo Flores.
“El año 77
Llegó aquí don Pedro Luro.
Barreiro que de seguro
A su candidato halló
El saladero ofreció
Sin ocultar el apuro”
“Barreiro dijo este clavo
se lo encajo el vasco duro”.
Santiago Luro, actuando en representación de su padre, solicitó autorización para abrir nuevamente el saladero desactivado, señalando que cumpliría con los requisitos de la higiene, puesto que los residuos líquidos irían por el arroyo hacia el Atlántico, y los sólidos serían consumidos por el fuego. La Municipalidad de Balcarce emite su autorización, como así también el gobernador Carlos Casares.
Construcciones existentes y nuevas
En mayo 1877 Juan Barreiro cede a Pedro Luro el saladero y todas sus instalaciones por el término de tres años.
Firmado el contrato entre Santiago Luro y Juan Barreiro, Pedro Luro se traslada a Mar del Plata con las peonadas vascas y puso en movimiento al saladero.
En tres meses los depósitos estaban llenos de pilas de cueros y pipas de sebo, dado que la matanza se hacía a un promedio de 1.000 a 2.000 animales por día.
Dado el éxito obtenido, a los seis meses Luro decide comprar no sólo el saladero sino también la mitad del ejido del pueblo llamado entonces “Balcarce” o “Puerto Laguna de los Padres”.
La venta de Barreiro a Luro se realiza el 7 de noviembre de 1877.
En la escritura de venta se aclara que lo enajenado por Barreiro se encuentra en condominio con Jacinto Peralta Ramos.
En ese año, Luro ya es casi un sexagenario.
Las construcciones que existían en Mar del Plata al momento de la radicación de Luro eran los galpones del saladero, ranchos para los peones, almacén “La Proveedora”, la iglesia Santa Cecilia y el asilo rural San José.
En el verano 1878-79 comienza la construcción del muelle. Las construcciones van ampliándose: barracas, diques, molino, herrería, panadería, tienda, fonda, chacras para agricultores.
Para él, el “coronamiento de la obra” consistía en la construcción de un puerto de ultramar, con todas sus comodidades.
Construcciones y actividad económica
Poseía una flotilla de pailebots, es decir, goletas o bergantines, con los cuales efectuaban el recorrido entre Buenos Aires y Mar del Plata. La primera vez que vinieron desde Buenos Aires los cuatro pailebots y un bergantín (1877) una tormenta hizo encallar a la mayoría de los barcos, lo que hizo perder gran parte del cargamento.
El primer año que trabajó la barraca, a cargo de Adrián Cayrol, se embarcaron directamente para Europa, en buques de ultramar, 8.000 fardos de lana, 3.000 cueros vacunos, cerda y sebo.
Hacia 1881 las construcciones pertenecientes a Pedro Luro eran las siguientes: saladeros, barraca con prensa para enfardar, muelle, dique de piedra, molino harinero, fábrica de jabón y velas. La más destacada era el almacén de campaña “La Proveedora”, a cuyo frente colocó a Eduardo Peralta Ramos; abarcaba una manzana entera (Corrientes, Entre Ríos, San Martín, avenida Luro).
En la barraca comenzaba el recorrido de dos rieles de acero paralelos, destinados a hacer rodar una vagoneta, que se prolongaban sobre el muelle de madera dura. El muelle se encontraba frente a la manzana triangular donde se edificará posteriormente el Club Mar del Plata.
En el primer año que trabajó la barraca, se veían 80 carretas cargadas con lanas y cueros esperando turno. En 1881 la Municipalidad de Gral. Pueyrredón dictó una ordenanza para organizar el tránsito y permanencia en la “plaza de carretas”.
Las barracas eran el epicentro de la vida económica de Mar del Plata, ya que conectaban el muelle con el predio destinado a la carga y descarga de los carros.
En pocos años, la supremacía del Grand Hotel y del Bristol les quitará aquella centralidad. Las actividades comerciales ligadas al muelle desaparecieron rápidamente, dando lugar al predominio de la actividad balnearia.
La presencia de una gran actividad en la barraca y el muelle indica que todavía no había llegado la primera ola de veraneantes por tren, dado que el movimiento comercial vinculado al puerto causaría inconvenientes a los pasajeros del hotel: olores procedentes de caballos y bueyes y presencia de personas de otra condición social (trabajadores).
En las quintas y chacras del ejido sembró trigo, cebada y lino. Compró segadoras de Buenos Aires. Para el procesamiento de los granos, construyó el molino harinero con permiso de la corporación municipal en 1881. Estaba ubicado en Salta y Falucho, y se convirtió en el edificio más grande del pueblo. En la quinta del molino estableció Luro su residencia.
La fábrica de jabón y velas se encontraba en los terrenos delimitados por las actuales calles Sarmiento, Alsina, Falucho y Garay. Fue organizada como sociedad anónima, con el nombre “La Primitiva”, pero al poco tiempo fue liquidada.
Además, era propietario de hornos de ladrillos que fabricaron un total de 5.000.000 de unidades, con trabajadores contratados que hizo venir a nuestra ciudad.
El Grand Hotel
El motivo de la construcción del hotel por Pedro Luro fue la expectativa que despertó la futura llegada del ferrocarril.
De todas manera, antes de esta fecha trascendental (1886), puede suponerse una incipiente puesta en valor de las playas y de los recursos paisajísticos del pueblo.
Seguramente este cambio motivó a Luro a ampliar “La Proveedora” y convertirlo en el Grand Hotel, que en sucesivas ampliaciones llegó a tener 110 habitaciones.
Según el escribano Canata, el hotel fue construído después de 1881. Pero lo más probable es que haya sido levantado luego que en 1883 Dardo Rocha prometiera la llegada de las vías férreas y junto con ellas se facilitase la visita de veraneantes en gran escala.
Además, el Hotel debería haber estado terminado antes de 1886 si se quería brindar comodidades que actuaran como atracción para la primera temporada de verano (1886-1887) cuando llegaron por tren un total de 1.415 pasajeros
Desempeño en la Municipalidad
También formaba parte de ella su socio Jacinto Peralta Ramos.
En una sesión del año 1884 (año siguiente al de la visita de Dardo Rocha), se deja constancia de lo manifestado por el señor Pedro Luro: “En razón de que el próximo verano acudiría a este pueblo mucha gente, tanto para tomar los baños de mar como por paseo, era necesario que las calles y solares baldíos se pusieran en otras condiciones de lo que actualmente están, que hoy se encuentran llenos de vizcacheras y es preciso hacer desaparecer éstas”.
Era frecuente en las deliberaciones de la corporación municipal encontrar frases como esta: “si la Municipalidad no cuenta con fondos para realizar ese gasto, él mandaría a hacer el trabajo por su cuenta y el de su condómino Jacinto Peralta Ramos”.
Visita del gobernador Dardo Rocha en 1883
Rocha partió de La Plata en ferrocarril, con el propósito de tomar conocimiento en forma personal de las necesidades de los distintos centros de población de la campaña de la provincia. En abril de ese año llegó a Maipú (día 14), donde terminaba el recorrido de las vías férreas, y se preparó para continuar el viaje en galera o diligencia de diez caballos, acompañado de la comitiva oficial.
Versión de Enrique Alió. Cuando Ovidio Zubiaurre, Juez de Paz y presidente del primer Concejo Municipal de Gral. Pueyrredón, se entera de que el gobernador se encontraba cerca de Mar del Plata, lo invitó a visitar el pueblo, debido a que desde tiempo atrás realizaba una intensa campaña para lograr este objetivo.
Zubiaurre envió un chasque al gobernador, mientras insistía en el mismo sentido Santiago Luro, legislador provincial que formaba parte de la comitiva.
Dardo Rocha aceptó la invitación, arribando a Mar del Plata en horas de la noche y hospedándose en casa de Pedro Luro.
Versión de Roberto Barili. Después de visitar una de las estancias del partido de Mar Chiquita, el gobernador envió un chasque con una carta de salutación para el titular del la Municipalidad Ovidio Zubiaurre, de su amistad, anunciándole que no tardaría en llegar.
Al día siguiente, acompañado de los vecinos más caracterizados recorrió el pueblo, sus playas y pintorescos alrededores. Espíritu progresista, “se compenetró desde el primer momento del brillante porvenir que estaba reservado a esta privilegiada región, una vez que contara con ferrocarril y telégrafo” (Enrique Alió).
Al finalizar la cena, Rocha habló de la urgencia de convertir en ley el proyecto que el año anterior presentaran a la Cámara de Diputados Santiago Luro y Osvaldo Schnyder por el cual se debían ejecutar obras de seguridad para las operaciones de carga y descarga en el puerto de Mar del Plata; prometió hacer todo cuanto fuera posible para la llegada del ramal ferroviario, asegurando que si la empresa Ferrrocarril Sud no quería costear los gastos, él lo haría construir por cuenta del gobierno provincial. Además anunció la extensión del telégrafo desde Balcarce y la instalación de una sucursal del Banco de la Provincia. El partido de Gral. Pueyrredón tenía 1.200 habitantes.
De retorno a La Plata, el gobernador interesó a Guillermo Moores, gerente de la empresa Ferrocarril Sur, sobre la construcción inmediata del ramal (129 kms.), quien efectuó las gestiones ante el directorio de la Compañía en Londres.
La estadía del gobernador en Mar del Plata según el enviado especial de “El Diario”.
“Un ingeniero venido con nosotros a propósito de estudiar la factibilidad del puerto, dio principio a hacer sondajes y estudios preliminares de las obras que serían necesarias para poner este puerto en condiciones de permitir que lleguen y fondeen sin riesgo buques de ultramar, que puedan exportar los productos agrícolas de esta parte de la provincia.
En este momento he conversado con el ingeniero Dircks y me dice que no ha visto jamás un paraje más apropiado para la formación de un excelente puerto, con obra de un costo relativamente insignificante.
El gobernador quedó prendado del paraje, garantizando que haría los esfuerzos a su alcance para que se lleven a cabo las obras que sean necesarias”.
Opinión de Julio César Gascón sobre Dardo Rocha
La aldea fundada en 1874 vegetó oscuramente hasta que gracias a la acción progresista del gobernador Dardo Rocha entró en el camino de su definitivo desarrollo.
“Dardo Rocha fue pues, y nadie puede disputarle ese privilegio, el más grande propulsor de su engrandecimiento inicial”. Roberto Barili reserva el mérito de propulsor sólo para Pedro Luro.
Los rieles que se tendieron tan prematuramente, cuando aun era problemático el rendimiento financiero para la empresa británica, se debieron a su exclusivo requerimiento.
Es de advertir que el ramal Maipú – Mar del Plata recorría una extensión de territorio casi desértico, dividido por unos pocos latifundios dedicados a la ganadería, carente en absoluto de poblaciones.
“Dardo Rocha obró con visión certera de lo que el nuevo grupo urbano significaba para el país como estación balnearia moderna.”
“Optimista por temperamento, al conocer Mar del Plata comprendió en el acto que con el andar del tiempo se convertiría en una de las localidades más prósperas de la provincia.
“Tuvo la visión profética de sus posibilidades como gran estación marítima futura en el litoral atlántico”.
Proyecto de construcción del puerto
Junto con el muelle de madera dura, Pedro Luro hizo levantar una muralla de piedra a cada lado de la desembocadura del arroyo las Chacras, en un tramo de 40 metros, para que la misma actuara como puerto de refugio para su flotilla (hay constancias de que en 1883 el dique ya estaba concluido).
Al parecer, sus hijos trataron de detener la continuidad de la obra, pues el gasto que se acumulaba era juzgado excesivo y contrariaba opiniones técnicas. De todos modos, el gobierno provincial ordenó cesar su ejecución, en razón de no estar autorizada.
Con el terraplén que se formó al levantarse los muros, se acumuló arena que formó con el tiempo la manzana triangular donde posteriormente se habría de levantar el Club Mar del Plata.
Mientras tanto, Dardo Rocha había regresado a La Plata, donde promulgó un decreto de fecha 25 junio 1883, para cumplir con lo estipulado en la ley del 28 diciembre 1882, por al cual se encomendaba al Poder Ejecutivo mandara practicar los estudios necesarios para la construcción de un puerto en Mar del Plata. Por medio de dicho decreto, se nombra al ingeniero Pedro Dirks para que proyecte las obras que exijan la carga y descarga en el puerto de Mar del Plata, pero esta iniciativa no prosperó.
Muerte de Pedro Luro
Con motivo de la polémica construcción del dique en la desembocadura del arroyo las Chacras, que no contaba con los avales técnicos necesarios, sus hijos, temiendo que sus facultades mentales estuviesen alteradas, se opusieron a sus proyectos, la mayoría en verdad irrealizables. Hubo que elegir a una persona de confianza para que viviera con él, para vigilarlo, en la casa del Molino.
En 1885 se firma la escritura de disolución del condominio Luro –Peralta Ramos, en los terrenos que se encontraban dentro de la traza urbana de Mar del Plata. Se distribuyeron entre ambos en forma equitativa todos los terrenos que no habían sido enajenados hasta ese momento. Luro actuó en Mar del Plata hasta abril 1886.
Debido al agravamiento de su salud, fue llevado a París.
Falleció en Francia en 1890. “La Prensa” lo caracterizó como “pionero de la civilización, amigo del progreso y filántropo” y afirma categóricamente que “Mar del Plata es enteramente obra suya”.
“Le tocó vivir una época difícil, tanto más cuanto que no conoció a los enemigos contra los que tuvo que luchar” (Cova).
Opiniones de Pedro Olegario Luro y de Roberto Cova
Hay opiniones encontradas. Pedro Olegario Luro entiende que la obra que estaba realizando su padre consistía en colocar simultáneamente los fundamentos de un puerto y de una estación balnearia.
No piensa de esta manera Roberto Cova, para quien Pedro Luro no pensaba en un balneario, sino que su proyecto central era el puerto.
Artículo del diario “La Prensa” del día 6 de marzo de 1887
“No faltaba a Mar del Plata para completar la obra de la naturaleza y para hacer de él una Biarritz argentina, más que una playa segura y cómoda, hoteles confortables y chalets elegantes.
“Estaba reservado al señor Pedro Luro, cuyo nombre está ligado a la fundación de Mar del Plata, comprender todo el partido que podía sacarse de la situación excepcional de este país encantador.
“En vez de hacer de él un puerto de comercio, como los señores Mauá, Meyrelles, Lezama, Lanús y Patricio Peralta Ramos habían intentado hacer en vano, pensó en dotar a la República Argentina de una estación balnearia que no tuviera nada que envidiar a las ciudades de baños de mar más representativos de Europa.
Aquí el artículo cambia el tema
“Tocaba a este hombre luchar con el océano y obtener en nombre del progreso y la civilización, esta nueva gran victoria que consiste en la creación del puerto de Mar del Plata.
“Por último comenzó por echar los fundamentos del gran dique que debía servir de base al puerto que proyectaba.
“Pero los millones se hundían en la ejecución de esta obra con una rapidez tal que los hijos del señor Pedro Luro se alarmaron y a petición suya el gobierno provincial hizo suspender los trabajos.
Interpretación del artículo periodístico por Roberto Cova
En la nota transcripta, aparece ya la contradicción entre las ideas de Luro y las que tuvieron quienes le siguieron.
“No faltaba a Mar del Plata … Biarritz”, dice el periodista, que sin saberlo, echó a rodar la bola que luego se convertiría en alud, base de un punto de vista que se mantuvo hasta la década de 1940.
“En vez de hacer de él un puerto de comercio … estación balnearia”.
¡Pero si era precisamente hacer un puerto comercial el objetivo de Luro, la idea “descabellada”!
El artículo citado es muy contradictorio.
¿Puerto o estación de baños? Ambas tendencias se enfrentaron. Triunfó la última.
En una de las sesiones de la corporación municipal de 1883, manifiesta Luro que espera la llegada del ingeniero que ha de hacer los estudios sobre la factibilidad del puerto.
El Senado provincial había sancionado en 1882 la ley sobre estudios en el puerto de Mar del Plata, siendo gobernador Rocha.
Al año siguiente se nombra al ingeniero Pedro Dirks para que proyecte las obras que exijan las operaciones de carga y descarga en el Puerto mencionado. Pero el ingeniero no llega.
Ya en 1880, todo el comercio exterior se realizaba en el puerto de Buenos Aires.
En ningún punto de la costa marítima el gobierno nacional o el provincial habían intentado construir obras portuarias de gran magnitud.
Es verdad que en 1882 se autoriza a la provincia a construir un puerto para la ciudad de La Plata en la ensenada de Barragán, pero en ese mismo año el Congreso sanciona la ley para la construcción del puerto de Buenos Aires.
En cuanto a Mar del Plata, el problema que se manifestó con motivo del temporal de 1877 todavía estaba sin solucionar: anclar a cierta distancia y trasladar la carga a lanchas pequeñas que pudieran arrimar sin peligro al muelle, pero la “mar gruesa” era un eterno problema que ocasionaba obstáculos, demoras y peligros.
Proyectos portuarios posteriores
La llegada del ramal ferroviario y la inauguración del Brístol Hotel serán los principales agentes de la dependencia que a partir de ese momento tendrá Mar del Plata con respecto a Buenos Aires, lo que será decisivo para definir el carácter de la futura ciudad.
El Congreso sanciona una ley en 1887 por la cual tres personas constituyen una sociedad para la construcción y explotación de un puerto de ultramar en Punta Piedras.
Es evidente la contradicción en los hechos. Se había edificado ya el Brístol con casi 70 habitaciones y por otro lado se concede permiso para formar un puerto a pocas cuadras del hotel. Desde ya, el puerto de referencia no se concretó.
El turismo en Mar del Plata hasta 1886
La visita del gobernador hizo conocer, por intermedio de los caballeros de su comitiva, las bondades de nuestras playas y acantilados. Esto hizo que los vecinos tomaran un conjunto de iniciativas para transformar el aspecto edilicio del pueblo.
En 1884 se abre la sucursal del banco Provincia y en 1885 llega la línea telegráfica y la electricidad.
De esta manera, Mar del Plata dejaba de ser un punto aislado y podía vislumbrar un porvenir venturoso. Ya antes de la llegada del ferrocarril, llegaban desde Buenos Aires familias acaudaladas para veranear en nuestra ciudad, tales como las de Peralta Ramos, Luro, Etcheto, Garay, Egaña, Curuchet, del Valle, Drago y Mezquita.
Esas familias fueron las primeras que buscando los atractivos de las playas balnearias, llegaban haciendo el peligroso viaje en las galeras desde Dolores y luego desde Maipú, alojándose en el trinquete “El Progreso”de Miguel Urrutia y después en la “Casa Amueblada” de Pedro Luro, hotel y restaurante dirigido primero por Julio Celesia y luego por Félix Menvielle y señora. Este matrimonio hizo construir el primer balneario frente al Gran Hotel, donde se alquilaron casillas a los veraneantes, por primera vez.
La colectividad italiana funda la Sociedad Italiana de Socorros mutuos Giuseppe Garibaldi en 1884. En 1885 el gobernador Carlos D’Amico hizo construir un puente de madera sobre el arroyo las Chacras, en la Avenida Luro.
Cuando se conoció en nuestra ciudad que el gobernador había firmado el decreto autorizando la construcción del ramal férreo desde Maipú, Jacinto Peralta Ramos y Pedro Luro enviaron a Dardo Rocha un telegrama el 15 enero 1884, cuya parte principal dice así: “Puerto Mar del Plata será un día no lejano el lugar donde se disputarán las comodidades y el placer de que carecemos y que nos brindan con no tantos atractivos países extranjeros y el que también recordará deber su prosperidad a un acto de la administración de su gobierno”.
El turismo a partir de 1886
En 1886 llega a la estación ferroviaria la primera locomotora conduciendo el primer convoy de cargas y pasajeros. Todo el vecindario se dio cita en la estación.
Se inicia la propaganda del balneario en la capital federal.
En la Playa Bristol se termina el primer balneario público de Félix Menvielle, quien transforma la Casa Amueblada de Pedro Luro en el Grand Hotel.
Los hermanos Carboni construyen el balneario “La Estrella del Norte” en la actual playa La Perla.
Pocos días después, Juan Durrosier instala otro balneario en la “playa de los Ingleses” Augusto Chilander edifica el Hotel Alemán, donde luego funcionó el Sanatorio Marítimo.
La Municipalidad mandó hacer una rambla de madera delante de los balnearios de Playa Bristol, para paseo de los turistas.
No bien se sucedieron los viajes periódicos del ferrocarril, todo cambió en Mar del Plata. Las autoridades y el vecindario no se dieron reposo para preparar la localidad, a fin de recibir a los turistas que anunciaban su llegada al empezar los calores del verano.
Así fue en efecto, a mediados de diciembre 1886 dio comienzo la primera temporada balnearia a la que concurrieron 1.400 turistas, casi todos adquirieron tierras, convencidos del porvenir de Mar del Plata y deseosos de construir sus chalets.
El 25 abril 1887 falleció Patricio Peralta Ramos a los 73 años, en su casa de Rivadavia y Corrientes.
Julio Celesia, mayordomo general de Pedro Luro, asociado con Félix Menvielle, organizó el Grand Hotel, ampliando el edificio de “La Casa Amueblada” y uniéndolo con la “Fonda Marina”. Poco después, quedó al frente de este establecimiento Félix Menvielle y su esposa.
En el verano 1886/7, primera temporada balnearia, el Grand Hotel se vio repleto de pasajeros.
José Luro, tercer hijo de Pedro Luro, ideó la constitución de una sociedad de veraneantes con el fin de reunir un capital suficiente para la construcción de un gran Casino Hotel. Gastón Sansinena, su cuñado, apoyó la iniciativa y así en abril 1887 quedó organizada la “Sociedad Anónima Bristol Hotel” el que fue inaugurado 8 enero 1888.
BIBLIOGRAFIA
ALIÓ, Enrique. Historia de esta hermosa ciudad veraniega.
BARILI, Roberto. Historia de Mar del Plata.
COVA, Roberto. Pedro Luro, un pionero de la pampa.
GASCON, Julio César. Orígenes históricos de Mar del Plata.
MANTOBANI, José María. Mar del Plata y el problema de la creación de los pueblos balnearios del S.E. de la provincia de Buenos Aires.
Por Gerardo Celemín