AZUL
Las fundaciones más próximas en el tiempo habían sido las de dos fortines: Tandil en 1823 y Bahía Blanca en 1828, ambos relacionados con el avance de la frontera interior para incorporar tierras que hasta entonces eran dominio indígena.
Decreto de Viamonte. 1829
El gobernador provisorio Juan José Viamonte emitió un decreto el 19 de setiembre de 1829 por el cual dispone la creación de una nueva línea de fronteras en el arroyo Azul, la cual se llevará a cabo por medio de la donación y reparto de “suertes de estancias” en dicho paraje.
Dichas donaciones implican entregar la propiedad de dichas tierras a todos aquellos que cumplan con ciertas condiciones, entre ellas la de poblar el territorio en el término de un año.
La distribución de campos en propiedad significaba el principio del fin del régimen de enfiteusis, sistema de arrendamiento rural a largo plazo, que había entrado en vigencia en la década de 1820 durante el gobierno de Martín Rodríguez y el ministerio de Rivadavia.
La entrega de tierras divididas en suertes de estancia era prerrogativa del Comandante General de Campaña, título que ostentaba Juan Manuel de Rosas desde el año 1827.
Volviendo al decreto de 1829, el mismo ofrece en dominio tierras de la Provincia a los vecinos de la campaña “que quieran establecerse en la nueva línea de fronteras en el arroyo Azul”, con el fin de agrupar población en torno del fortín y consolidar la frontera en una línea más avanzada hacia el oeste.
O sea que el decreto de Viamonte, si bien no crea el partido de Azul, es el primer paso hacia la fundación del pueblo, que se realizará cuatro años más tarde.
Decreto de Rosas. 1832
Rosas, encargado de hacer cumplir el decreto, procede a designar el terreno que debe destinarse como propio del fuerte, y dicta con tal motivo el decreto del 9 de julio de 1832, en el último año de su primer gobierno, el cual estipula:
“Estando dispuesto por decreto 19 setiembre 1829, dar suertes de estancia en propiedad, en la misma línea de la frontera, en el arroyo Azul y campos fronterizos, favoreciendo a los vecinos de la campaña cuyas fortunas han quedado destruídas de resultas de la guerra contra los amotinados del 1 diciembre 1828, es absolutamente necesario la designación del terreno que debe considerarse propio de los respectivos fuertes.
El Gobierno decreta:
- El ejido formará un cuadrado de 8 leguas de largo.
- Los enfiteutas que se encontraran dentro de la superficie del terreno destinado para el ejido en el artículo anterior, deberán dejar libre dicho terreno para que, aplicado al destino que se le de por decreto, pueda formarse una población regular”.
La misión de llevar a cabo la fundación del pueblo debía ser encomendado a un hombre conocedor de la campaña y que al mismo tiempo fuese de la máxima confianza del gobernador. Es sabido que una de las líneas conductoras de la política rosista era recompensar con tierras a sus partidarios federales y expropiar a sus enemigos.
Recayó la designación en Pedro Burgos, hacendado de campos situados al sur del río Salado e incondicional amigo de Rosas, quien le otorga el 27 agosto 1830 el grado de teniente coronel, asignándole el mando de un escuadrón del 5to.regimiento de caballería.
Antecedentes de Pedro Burgos
En 1825 había acompañado a Rosas en la pacífica expedición que realizó a la Sierra del Volcán, ordenada por el gobernador Las Heras, con el fin de reconocer los parajes apropiados para establecer una nueva línea de fronteras y la fundación de fuertes que debían mantenerla.
Ha sido uno de los antiguos vecinos de la frontera al sur del Salado, jurisdicción del partido de Chascomús, donde pobló una estancia que llamó “Los Milagros”, y que será el lugar de donde partió la expedición fundadora de Azul el 5 diciembre 1832.
Burgos se destacó como hacendado, no como militar, dado que no participó en combate alguno.
Fue amigo leal y consecuente de Rosas, entre quienes existía una verdadera y recíproca estimación. En sus cartas, Rosas lo llama “mi querido amigo y compañero” y lo despide con frases tales como ésta: “Adiós, amigo, reciba un abrazo de fraternidad”.
Cuando Burgos escribe a Rosas dando cuenta de los actos que ha realizado y de las medidas que ha tomado, ninguno merece la más leve desaprobación.
Cada vez que se hace referencia a la fundación de Azul, Rosas no toma para sí todo el mérito de la misma, sino que destaca invariablemente la actuación que ha correspondido a Burgos.
Fecha exacta de la fundación
Según las investigaciones históricas realizadas por la “Comisión especial del Centenario”, Azul ha sido fundado presuntivamente el 16 de diciembre de 1832 con el nombre de “Pueblo San Serapio Mártir del arroyo Azul.”
Dado que no existe ninguna constancia escrita conocida que determine el día preciso, la fecha ha de ser forzosamente presuntiva, si bien no cabe duda que ha sido en diciembre de 1832.
No puede estimarse como fecha de fundación la de creación de la línea de frontera del arroyo Azul, establecida por el decreto de Viamonte (setiembre 1829), porque el mismo creó una línea de fronteras pero no un pueblo, aunque el pueblo de Azul fuera tres años más tarde una consecuencia mediata del mismo decreto.
Tampoco puede estimarse como fecha de fundación ningún día del año 1833, en la que el general Prudencio Rosas informa haber llegado el 8 de enero a la fortaleza del arroyo Azul, y manifiesta que “se halla muy adelantada”.
Además, tiene que ser posterior al 5 diciembre 1832, en la que Burgos parte de la estancia “Los Milagros” con 32 carretas y 2 galeras, llevando a las familias fundadoras, el cura, el médico y las maderas necesarias para las construcciones en el pueblo del arroyo Azul.
Desde Los Milagros hasta Azul (50 leguas) no ha podido invertir en la marcha más de 10 o 15 días, pues se realizó sin contratiempos y en época de seca.
La expedición ha debido llegar a Azul entre el 14 y el 20 de diciembre 1832, y no existiendo constancia escrita sobre la fecha cierta de esa llegada, dice el informe del presidente de la Comisión “considero que debe fijarse presuntivamente en el término medio de ese lapso, o sea el 16 diciembre 1832”
Y prosigue “fijada la fecha de llegada de la expedición, esa fecha debe determinarse como la de fundación de Azul, pues desde el momento de la llegada comienza la radicación y permanencia”.
Como en toda fundación, era imprescindible la confección del plano del pueblo, tarea encomendada por el gobierno provincial al agrimensor Francisco Mesura, el cual efectuó la traza del pueblo, suertes de chacras y suertes de estancias desde el 6 enero 1833 hasta el 20 de enero.
Asignó al pueblo una superficie de una legua cuadrada, dividido en dos mitades por el arroyo. Al norte y sur del mismo se hizo el trazado de 24 chacras en cada sector; las 35 “suertes de estancias” adoptaban una forma alargada, de modo que la mayoría tuvieran un frente sobre la corriente de agua.
En dicho plano quedaron consignados los terrenos destinados a edificios públicos: iglesia, casa para el cura, cuartel y escuela. Se deja constancia que se levantaron 52 ranchos para pobladores, de los cuales 3 correspondían a comerciantes.
¿Quiénes fueron los primeros pobladores? En su inmensa mayoría eran soldados del 5to. Regimiento de caballería, en gran parte acompañados de sus esposas e hijas.
A partir de ese año, la línea de fronteras estaba trazada en sentido N.O. a S.E., uniendo las actuales ciudades de Junín, 25 de Mayo, Tapalqué, Azul, Tandil y Mar del Plata.
Por Gerardo Celemín
