Es increíble, a dos años de su retiro y ante el accidente que sufrió Felipe Massa en la clasificación para el GP de Hungría 2009, Ferrari se dispuso a llamar a Michael Schumacher para que lo reemplazara.

Esta movida tuvo dos lecturas casi diametralmente opuestas. La primera fue: vuelve Schumacher, el glorioso; el hombre que puede rescatar a Ferrari de una temporada más que mediocre. El destino convertido en resorte del Brawn de Barrichello fue quien, casi matándolo, apeó a Felipinho de la Ferrari Nº3 dejando este cockpit vacante por quien sabe cuántas carreras y abriéndole las puertas del retorno a las competiciones.

El mundo de los entendidos dijo: es Lauda “2”; los tifosis llegaron al paroxismo al sólo escuchar “Schumi vuelve”. Pero hubo, y hay, una segunda lectura; más realista y económica y mucho menos heroica. Esta segunda lectura no comenzó ni terminó “oficialmente” con el accidente del brasilero; sino que tuvo su punto de partida y de final en sendos neumáticos de locas carreras.

El primero de ellos fue el que trágicamente sesgó el trayecto y la vida de Henri Surtees; el segundo, una impericia del equipo Renault que dejó salir a la pista a Fernando Alonso con una rueda floja con aires de paseandera. Cuando esta rueda declaró su independencia del resto del Renault Nº7; a la FIA se le pusieron los pelos de la nuca de punta... Y le cayó a Renault con todo el peso de la ley: “Uds. no podrán correr el próximo GP como penalización a tan peligrosa independencia”.

Personalmente creo que no relacionaron tres aspectos de esta medida: el primero es que el próximo GP es el de Europa y se cerrará en Valencia; el segundo, como la penalización afecta a Renault, afecta a Alonso, imán para que los españoles dejen en boleterías suculentos miles de Euros, elíxir para una F1 de bolsillos flacos y esmirriados y; el tercero, ya casi mencionado en el segundo, la crisis, la falta de dinero. Como Alguesuari es sólo un piloto en desarrollo con sólo una carrera en la máxima categoría, si no está Alonso, las tribunas del circuito de Valencia van a estar tan vacías como un aula de colegio el 25 de diciembre.

Fue entonces que a alguien se le ocurrió una idea: “Y si lo llamamos a Schumacher para que reemplace a Massa?” IUPI! Dijo Ferrari, muy buena idea. Es más como está falta de entrenamiento, podría probar el auto “Sólo para adaptarse”. IUPI! Dijeron los organizadores del GP, si no corre Alonso, ya tenemos la figura que atraerá a las multitudes. IUPI! Dijeron los nostálgicos quienes aman a Schumacher, el real, el auténtico.

Fue en este punto donde comencé a ver ciertos problemas. ¿Podría ser Schumacher número dos de Raikkonen? Si lo hubiera sido Eddie Irving tendría todo el derecho de demandar a Ferrari. ¿Podría ganar Schumacher? Si así lo hubiera hecho, habría que “invitar” a que se retiren Raikkonen y Massa que en todo el año hicieron poco y nada. Si hubiera ganado, Schumacher no podría dejar de pilotear los autos rojos hasta que cumpliese 100 años, bajo el peligro de una revolución en Italia que hubiese imitado la toma de la Bastilla.

Los otros que vieron problemas fueron Red Bull y su primo de la campiña italiana, Toro Rosso, y ese viejo zorro calvo de Frank Williams. Ellos dijeron: “Schumacher NO puede probar la Ferrari de este año. NO es reglamentario y, por ende, ESTA PROHIBIDO”. Con lo cual, Williams se cobra viejas deudas y Ferrari no puede lograr su objetivo de legalizar unas prácticas –ahora prohibidas- por reglamento y por costos.-

Pero Ferrari, Schumacher y los organizadores (??) seguían con la idea adelante. Schumi se sentó en la Ferrari Raikkonen 2007 y empezó a girar. Y así pasaron las vueltas, las horas y los días. Hasta que dos noticias pusieron fin a todo este absurdo económico. La primera fue que se vendió todo. Los españoles con tal de verlo a Schumacher asaltaron las boleterías. Sólo esta idea hizo fluir los Euros de los bolsillos ibéricos y de otras partes de Europa a las arcas organizativas. Cuando todo estuvo, como dicen los ingleses y nosotros los profesores de inglés, “SOLD OUT”; nos enteramos que Michael por un accidente de moto y por dolores en su espalda, que los creo reales y anteriores a esta farsa, no podrá correr.

Pero, como decimos en Argentina, “una vez retirado de la ventanilla no hay reclamos ni devoluciones”. A Massa los iba a reemplazar Schumi a quien lo va a reemplazar Luca Badoer, el eterno tester; el hombre que tiene el récord mundial de carreras de F1 sin haber cosechado un punto. Tal vez que Badoer se siente en una Ferrari es lo único que realmente vale de este circo de narices rojas y tornillos y tuercas perdidas.

Prof. Edgardo Samuel Berg

Periodista F1

profesoresberg@gmail.com